sábado, 8 de octubre de 2011

RESEÑA 2


RELACIÓN ENTRE HÁBITOS ALIMENTICIOS
Y CONOCIMIENTO EN NUTRICIÓN



La  Revista Nutrición Hospitalaria, es una publicación con una periodicidad bimestral. Su principal objetivo es publicar editoriales, criticas de libros, cartas al director, entre otros documentos con temas relacionados a la nutrición. En esta ocasión, el artículo fue realizado por los doctores Montero Bravo, Úbeda Martín y García González del Departamento  de Nutrición, Bromatología y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Sao Pablo, llevado a cabo por medio de un estudio realizado a 15 estudiantes de Diplomatura en Nutrición Humana y Dietética, Farmacia y Enfermería, y Podología, todo de la misma Universidad, para saber si sus hábitos alimenticos y costumbres a la hora de comer van ligados al conocimiento que tienen sobre nutrición, salud y dieta saludable. La idea central a desarrollar, en saber si  los hábitos alimenticos y estilos de vida van ligados al conocimiento que los jóvenes universitarios tienen sobre nutrición y salud. Para llevarla a cabo, se abordan dos ideas secundarias: (i) la influencia  que tiene la familia, los amigos y demás actores sociales en el conocimiento de los hábitos alimenticios; y (ii) ver si el conocimiento que se tiene, se aplica a los hábitos alimenticios.   La intención de los autores es mostrar que el conocimiento de nutrición no implica necesariamente cambios hacia una dieta y estilos de vida más saludables.


Por una parte, la  influencia que se ejerce sobre las personas es decisiva a la hora de tomar decisiones; la familia es la primera, quien desde el hogar inculca los mejores hábitos alimenticos, luego sigue el colegio que lo refuerza, pero en la mayoría de los casos los amigos y grupos sociales cambian la perspectiva, induciendo al joven a que cambie sus costumbres que casi siempre son perjudiciales. Según la revista, “Esta etapa es, por tanto, especialmente vulnerable a la influencia de ciertos patrones estéticos que pueden conducir a alteraciones en la alimentación y como consecuencia de ello a la aparición de deficiencias nutricionales”. Siendo así, en la adolescencia se es más vulnerable a las influencias externas. Por ejemplo, si un joven se siente excluido y quiere pertenecer  a determinado grupo social, adopta todos sus hábitos, entre los cuales la comida es fundamental, pasando así, de comer balanceado, a hacerlo a deshoras y en proporciones mayores.


Por otro lado, no siempre los conocimientos vas ligados a las acciones que se llevan a cabo, bien sea por pereza, rebeldía o por que no se está de acuerdo con ellas. Según este artículo, “La adquisición de los conocimientos se considera positiva, en la medida que repercute y refuerza la práctica alimentaria correcta mediante la creación de buenas actitudes hacia la alimentación saludable”. El conocimiento ayuda a actuar de la manera más adecuada, pues proporciona fuentes sólidas. Pero esto no es siempre así, pues muchas veces la información se deja a un lado para seguir impulsos, o tendencias; ante esto, los doctores dicen que “no es suficiente que la información sea correcta, es necesario también que se produzca la modificación o abandono de estos hábitos alimentarios insanos y erróneos, para poder conseguir una dieta sana y equilibrada”.
El hecho de saber que algo es correcto y que le hará bien a nuestro cuerpo, no implica que todas las acciones que se realicen estén ligadas a este saber, pues hay que considerar que puede que se sepan por educación (colegio o carrera profesional)  pero no se lleven a cabo; un claro ejemplo son los estudiantes de medicina, que pese a  conocer los efectos del cigarrillo, fuman, y no lo dejan simplemente porque no quieren, puesto que es tendencia, porque no le ven el lado malo o, en el peor de los casos, porque ya se les convirtió en un vicio difícil de superar.


Para concluir, los hábitos alimenticios no están, necesariamente ligados a los conocimientos que se tengan acerca del tema, pues existes diversos factores que hacen que los individuos cambien de opinión. El aporte de esta revista, es mostrar desde un estudio muy sencillo, cómo no existe relación obligatoria entre lo que se sabe y lo que se hace. Desde un punto de vista psicológico, este tema se puede analizar en relación a cómo los jóvenes sienten la necesidad de encajar en un grupo social, y para conseguirlo hacen lo que sea, cambien su forma se hablar, vestir, pensar y de comer. También influyen los comportamientos mentales de cada individuo e, indudablemente, el carácter y la personalidad.



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